Inductores de colágeno

Tratamiento de inductores de colágeno

Los inductores de colágeno están transformando la medicina estética al ofrecer una solución innovadora para combatir la flacidez y el envejecimiento prematuro de la piel.

A través de la reestructuración del tejido conectivo, estos tratamientos contribuyen significativamente a mejorar la elasticidad y firmeza de la piel. A partir de los 27 años, y en algunos casos antes, el cuerpo comienza a perder más colágeno del que produce, debido a factores externos como la exposición al sol, el consumo de tabaco, el estrés, y la falta de cuidado adecuado de la piel.

Beneficios de los inductores de colágeno:

Combate la flacidez:

Frenan efectivamente el envejecimiento y la pérdida de firmeza de la piel.


Mejora la apariencia general de la piel:

La piel se vuelve más lisa, radiante y rejuvenecida.


Tratamiento rápido:

Los procedimientos son generalmente breves, permitiendo una rápida continuación de las actividades diarias.


Rápida reincorporación:

Es posible volver a la rutina laboral y cotidiana casi inmediatamente después del tratamiento.


Tipos de colágeno en medicina estética:

Inyectables/Hilos:

Incluyen materiales como la hidroxiapatita cálcica, ácido poliláctico, policaprolactona y polidioxanona. Estos compuestos son usados para estimular la producción de colágeno en áreas específicas, mejorando la firmeza y el contorno facial.


Aparatología:

Tecnologías como la Luz Pulsada Intensa (IPL), láser y radiofrecuencia, también promueven la generación de colágeno mediante el calentamiento controlado de las capas más profundas de la piel, lo que incentiva la regeneración y reparación natural de la piel.


Consejos postratamiento con inductores de colágeno:

Para lograr resultados óptimos, se recomienda un mínimo de 4 sesiones. Posteriormente, dependiendo del tipo de piel y la edad del paciente, pueden ser beneficiosos tratamientos combinados. Además, es crucial:
  • Mantener una rutina de cuidado de la piel que incluya hidratación adecuada y protección solar diaria.
  • Seguir una dieta rica en antioxidantes y nutrientes esenciales que favorezcan la salud de la piel.
  • Evitar factores de riesgo como la exposición prolongada al sol sin protección, el tabaquismo y el estrés crónico.